Calle Soledad Cazorla, una calle feminista en el distrito de Latina, Madrid

 

El Ayuntamiento de Madrid ha rendido homenaje a Soledad Cazorla con una calle bautizada con su nombre en el distrito de Latina. Con rosas blancas, sus flores preferidas, un poema y la intervención de Celia Mayer, Carlos Sánchez Mato, Purificación Causapie, Paca Sauquillo, Lourdes Hernández y Joaquín Tagar.

«Todos somos conscientes de que la historia de los derechos humanos en este país ha sido gracias a un movimiento feminista muy fuerte que ha estado empujando a las instituciones, pero que todos estos cambios hubiesen sido imposibles sin personas como Soledad, que desde su ámbito profesional han luchado por darnos derechos a todas» dijo Celia Mayer.  Para la concejala «el gran mérito de Soledad fue contribuir a transformar una justicia ciega hacia las mujeres en una justicia con perspectiva de género, a reconocer también la atención integral de las mujeres».

Sánchez Mato explicó que cambiar «nombres de calles es más complicado de lo que nos gustaría» y manifestó su satisfacción por «una persona especial, luchadora por los derechos humanos y que ha dejado un legado indiscutible como es Soledad Cazorla» sustituya a un hombre de guerra dando su nombre a una calle del distrito Latina.

Causapie, Portavoz del Grupo Socialista del Ayuntamiento de Madrid, declaró que «la lucha de Soledad sigue vigente» «Nos queda mucho por lo que pelear, también desde el Ayuntamiento» . Lourdes Hernández, Presidenta del Consejo de Mujeres, que con el fondo impulso este homenaje y Paca Sauquillo, Presidenta del comisionado de la Memoria histórica de Ayto. de Madrid, rememoraron la figura de Soledad, hablando del honor que significaba que esa calle llevara su nombre.

Las palabras más emotivas fueron sin duda, las que Joaquín Tagar dedico a su mujer recordando sus palabras cuando ella le comentaba «que la base y el principio de todo era la educación» que «la formula para acabar con la violencia de género era educación, educación, educación «. «Mi mujer, Soledad, dedico los últimos diez años de su vida a pelear contra la violencia de género, escuchaba a las víctimas y a sus familias, por eso le importaba tanto lo que le pasaría a los huérfanos».  Soledad miraba y escuchaba a las víctimas y por eso estaba preocupada con el destino de los niños y las niñas víctimas colaterales de la violencia de género,  decía que  «nadie se preocupa por lo que pasa después» y «por esa razón mis hijos y yo determinamos que teníamos que hacer algo por ell@s, en su memoria y por eso creamos el Fondo de Becas».

El homenaje se cerro con la lectura de un poema dedicado a Soledad.