El Fondo de Becas Soledad Cazorla aprueba la concesión de once ayudas nuevas
- El Comité de Selección de estas ayudas reunido el 15 de octubre aprobó dos nuevas ayudas y nueve renovaciones destinadas a los huérfanos y las huérfanas de la violencia de género.
- Con estas nuevas becas serán 87 las ayudas gestionadas desde su creación por el Fondo de Becas
La tercera reunión del curso 2020 se celebró ayer, 15 de octubre, donde se estudiaron y revisaron las solicitudes de ayudas presentadas por familias que han sido víctimas de la violencia de género. La reunión con la asistencia «on line» de: Carmen Cazorla, Joaquín Tagar, Teresa Peramato, Ángeles Álvarez, Beatriz Jiménez de Parga, Joaquín Garcia-Cazorla y Marisa Soleto aprobó la concesión de dos nuevas becas y renovó nueve de estas ayudas destinadas al desarrollo personal, apoyo educativo y reparación del daño dirigidas a niños y niñas que han vividos la tremenda experiencia de perder a su madre a causa de la violencia de género.
Los beneficiarios residen en la Comunidades de: Madrid, Canarias, País Vasco, Andalucía, Castilla- La Mancha. El importe total concedido esta vez es de 22.000 euros que se suman a los importes concedidos durante el 2020: 14.000 en la reunión del mes de marzo y 11.000 en reunión del mes de junio, lo que suma 47.ooo euros euros distribuidos en becas durante este curso. De las once becas concedidas esta vez, 10 becas serán para menores de edad y una para el apoyo de estudios universitarios.
El Fondo de Becas continúa apoyando a los huérfan@s de la violencia de género desde su creación en el 2016. Un compromiso de la familia de Soledad Cazorla y la Fundación Mujeres, que pretende continuar con la labor de Soledad, primera mujer Fiscal de Sala contra la Violencia de Género, y apoyar la recuperación y el desarrollo de los hijos e hijas de las mujeres víctimas de la violencia de género, que quedan huérfanos a causa de estos terribles crímenes.
«Ningún niño, ninguna niña, debería ver que su madre es agredida y asesinada dentro de su propia familia, en muchos casos por su propio padre. No pudimos proteger a sus madres pero sí podemos prestar nuestro apoyo para que las consecuencias de la violencia no trunquen el futuro de los hijos e hijas de las mujeres asesinadas»