La mujer que movía el aire
Así la recuerdan algunas de las personas que conocieron a Sole, Soledadd Cazorla Prieto, la nuestra, con esa fuerza y temple de las mujeres que pisan fuerte, de las que deciden remover las conciencias, tan apagadas hoy, con la idea de crear un mundo mejor. Un mundo más justo.
«Cuando Soledad entraba en una habitación movía el aire» y así era y así lo sentimos aún desde aquí, cada vez que pronunciamos su nombre, cada vez que podemos ayudar a reparar la vida de un niño o de una niña. Hijos e hijas que han perdido a su madre a causa de la violencia machista. Violencia estructural y sin fronteras que sigue actuando visceralmente y rompiendo la vida de muchas familias.
Soledad nos trasmitió su honda preocupación por todos esos niños y niñas y nos puso, de la mano de su familia, Joaquín Tagar y sus hijos, en el camino para actuar. Nos dió alas con las que poder remover el aire en su ausencia.
Nos dejó prematuramente, hace ahora siete años, pero seguimos celebrando su vida y cada vez somos más los que la nombramos queriendo remover a su manera el aíre.
En nuestros corazones.
Soledad Cazorla, in memoriam