Soledad, el tiempo gran escultor.
El tiempo pasa y se convierte en ese gran escultor que modela el pasado, el presente y el futuro. Hay personas que aún después de su muerte logran escapar al olvido y viajan en el tiempo y en la memoria, construyen, pues continúan trabajando por un mundo más justo, más humano, donde los deberes y los derechos crezcan sin desaliento. Esa era Soledad, es Soledad, será Soledad.
Hace seis años que nos dejó inesperadamente, un 4 de mayo, y a veces cuando el silencio se hace eco ese silencio ensordecedor nos obliga a buscar todas las palabras y todos los abrazos que se quedaron suspendidos. Y en ese empeño, cuando las lágrimas se vuelven hielo, los que la quisimos nos volvimos escultores y empezamos con empeño a seguir en su vida, que tanto nos enseñó.
El tiempo nos ha dado su voz, sus manos, su empatía y hemos continuado trabajando en su nombre desde el Fondo de Becas con el impulso del que fue su compañero de vida, Joaquín Tagar y de la que fue su amiga, Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres y ahora responsable de la Secretaría Técnica del Fondo. Y todos y todas los que formamos el equipo que trabaja en su nombre.
El tiempo sigue cincelando y la constancia y el compromiso con los derechos humanos de Soledad y su Fondo de Becas desde 2016, ha ayudado ya a 36 familias, 53 huérfan@s. Lo que son 101 becas para insistir en la educación de los hijos e hijas de mujeres asesinadas por la violencia de género.
Este Fondo nace del amor y de las palabras que un día nos legaste: » Ningún niño, ningún niña, debería ver que su madre es agredida y asesinada dentro de su propia familia, en muchas ocasiones por su propio padre. No pudimos proteger a sus madres pero sí podemos prestar apoyo para que las consecuencias de la violencia no trunquen el futuro de los hijos e hijas de las mujeres asesinadas» Y ahí seguimos, contigo, celebrando tu vida para con ella celebrar la vida.
Te llevamos en nuestros corazones.